Antes de adentrarse en la compleja práctica de la traducción, considere la posibilidad de dedicar algo de tiempo a descubrir sus inicios.
La traducción es mucho más antigua de lo que uno puede imaginar. Para que una práctica se transforme en una disciplina pueden pasar miles de años. Dado que la historia abarca una amplia serie de acontecimientos, no se puede mencionar toda la historia de la traducción en unas pocas líneas. El objetivo del presente artículo es ofrecer una visión de la historia de la traducción a lo largo de tres grandes periodos, a saber, la época de la Antigüedad, la época islámica y la época de la Ilustración.
La traducción en la Antigüedad
Todo empezó hacia el año 3000 a.C., cuando apareció la primera traducción de una epopeya: “La epopeya sumeria de Gilgamesh”. Los intérpretes tradujeron la epopeya a cinco lenguas asiáticas aproximadamente, y desempeñaron un papel crucial al servicio de los imperios de la época, sobre todo Persia y Grecia.
La “Septuaginta” es el primer Antiguo Testamento griego traducido del hebreo original por 70 eruditos hebreos que transmitieron los significados pensamiento por pensamiento en lugar de palabra por palabra.
La Piedra Rosetta, actualmente en el Museo Británico, es otra piedra angular de los inicios de la traducción. La piedra, que data del año 196 a.C., tiene grabadas tres escrituras equivalentes. Las dos primeras están escritas en egipcio antiguo y la tercera en griego antiguo.
Entre 195 a.C. y 420 d.C., eruditos como Cicerón, Horacio, Terencio y San Jerónimo opinaron sobre la traducción.
Cicerón, estadista romano, jurista, erudito y escritor, declaró: “No traduje como intérprete, sino como orador, manteniendo las mismas ideas y formas, … o figuras de pensamiento, pero en una lengua conforme a nuestro uso. Y al hacerlo, no consideré necesario traducir palabra por palabra, sino que conservé el estilo general y la fuerza del lenguaje.”
Horacio, conocido como escritor satírico y traductor, fija el objetivo de la traducción en “producir el texto estéticamente agradable y creativo en la lengua meta (TL)”.
Terencio, dramaturgo romano, describe el papel del traductor como “un puente para transmitir valores entre culturas”.
San Jerónimo, secretario del Papa, elabora la versión latina de la Biblia conocida hoy como “Vulgata”. El término “sentido por sentido” es hasta ahora de la propia autoría de San Jerónimo.
La traducción en la época islámica
La traducción siguió desarrollándose hasta la Edad Media (500-1500 d.C.), sobre todo en el Estado Islámico y bajo el control de diferentes gobernantes. El profeta Muhammad -la paz sea con él, 570-632 d.C.- llegó para difundir el Islam y tuvo que comunicarse con comunidades que no hablaban árabe, como los judíos y los romanos.
En aquella época, Zaid Ibnu Thabet (610-660 d.C.) desempeñó un papel eminente en la traducción de cartas entrantes y salientes entre el Profeta y los reyes de Persia, Siria, Roma y los judíos. Salman El Farisi (568-657 d. C.) es también uno de los primeros traductores del Corán que tradujo su significado para los musulmanes persas.
El reinado de los omeyas se extendió desde Europa hasta la India entre los años 661 y 750 d.C., y comenzó con el califa Omar bin Abd Alaziz. Durante su reinado, el príncipe Jalid ibn Yazid y otros traductores tradujeron al árabe libros griegos, bizantinos, persas y egipcios de medicina, química y temas mentales.
No fue hasta el establecimiento de la soberanía abbasí (750-1517 d. C.) cuando la traducción alcanzó su máximo esplendor. El califa Abdallah ibn Harun al-Rashid Al Ma’moun marcó la historia de la traducción al fundar “Bait Al Hikma” (La Casa de la Sabiduría) en Bagdad, Irak. El instituto fue un hito de la traducción que acogió a eruditos de la India y Persia.
Al Kindi es uno de sus egresados, al igual que traductores como Abu Yahya Ibn al-Batriq y Hunayn Ibn Ishaq Al-Jawahiri. Con su estrategia literal, Ibn al-Batriq engendró la traducción de textos griegos antiguos al árabe, mientras que Ibn Ishaq Al-Jawahiri adoptó la estrategia de sentido por sentido para lograr una lengua meta más fluida.
En su libro “Kitab al-Hayawan”, Al-Jahiz elaboró una teoría completa de la traducción en la que llamaba la atención sobre lo siguiente: “El conocimiento del traductor en el tema a traducir”, “el traductor debe ser el más elocuente en ambos idiomas” y “cometer un error al traducir temas de religión no puede ser tolerable”.
La época comprendida entre el siglo XIII y finales del XV dio prioridad a la estrategia del sentido por el sentido, permitiendo así que la traducción siguiera floreciendo en la novedosa era de la ilustración.
La traducción en la era de la ilustración
Entre las figuras destacadas de la era de la ilustración, se encuentra Martín Lutero (1483-1546), sacerdote, biblista y lingüista alemán. Él sembró las semillas de procedimientos de traducción como el “cambio” (alterar el orden de las palabras), la “adición” (añadir auxiliares modales), la “retracción” (supresión de términos griegos o hebreos sin equivalentes en alemán), la “expansión” (traducir palabras sueltas en frases) y la “simplificación” (traducir metáforas en lenguaje llano y viceversa).
El humanista, pintor y erudito francés Etienne Dolet (1509-1546) considera que un traductor debe “comprender, en primer lugar, la intención del autor y del texto”, abstenerse de la estrategia de palabra por palabra, utilizar las partes de la oración de forma natural y generar un efecto lo más natural posible para la mente del lector”.
El poeta, dramaturgo y crítico literario inglés John Dryden (1631-1700), propone tres procedimientos que deben aplicarse en cualquier traducción, a saber, la “metáfrasis”, que se refiere al proceso de traducir literalmente; comenzando con una traducción palabra por palabra y línea por línea. En segundo lugar, está la “paráfrasis”, cuando se modifican las palabras utilizando el primer procedimiento, pero centrándose más en el significado y el sentido.
El tercer procedimiento es la “imitación” (traducir tanto el sentido como el léxico para adaptarlos a la cultura de destino).
El teólogo y traductor alemán Friedrich Schleiermacher (1768-1834) cree que hay dos enfoques a la hora de traducir: la “extranjerización”, que da prioridad al texto de origen para acercar al lector a la cultura del autor, y la “domesticación”, que hace que la traducción se acerque más al texto de destino para acercar al autor a la cultura del lector.
La traducción como disciplina mal entendida
Hoy en día, muchas personas que nunca han estado expuestas a la traducción asumen que se trata simplemente de la transformación de palabras de un idioma a sus equivalentes literales en otro idioma, marcando así la finalización de la tarea.
Si se les asigna, por ejemplo, esta frase para traducir al árabe “su comportamiento humano me calentó el corazón”, la traducirían como “إن سلوكها الإنساني أدفأ قلبي”. Sin embargo, quienes ya han tenido la oportunidad de estudiar traducción sostienen que la traducción es más bien la transformación de las palabras en sus equivalentes culturales.
Por lo tanto, traducirían la frase como “إن سلوكها الإنساني أثلج صدري” la traducción inversa sería “su comportamiento humano me heló el pecho”.
Desde una perspectiva meteorológica, la cultura occidental utiliza “cálido” porque es geográficamente conocida por su temperatura agradable, y encontrar una fuente de calor hace que alguien se sienta a gusto. Sin embargo, el clima del mundo árabe es conocido por sus altas temperaturas, lo que hace que la población anhele el tiempo fresco.
Traducir no es convertir palabras en unidades aisladas, sino interpretar la cultura de la que son portadoras, la civilización de la que emanan y todo el sistema de normas por el que se rigen. La traducción ya no se considera un medio para facilitar la comunicación, sino un acto de comunicación.
Al fin y al cabo, traducir es como conducir: el conductor no sólo mira lo que tiene delante, sino también lo que hay más adelante.
Artículo original: Ever Wondered How Translation First Appeared?
Conclusión
A lo largo de la historia de la traducción, desde los omeyas hasta la era de la ilustración, se han elaborado diversos procedimientos para realizar una buena traducción. Traducir no es sólo transformar palabras y frases de un idioma a otro, sino también entender y trasladar la cultura, el contexto, los valores y las costumbres que hay detrás.
Hoy en día, existe una gran cantidad de herramientas de traducción disponibles online que pueden ayudar a traducir un texto, pero los profesionales de la traducción todavía pueden ofrecer un servicio superior. La tecnología siempre será una herramienta útil para la traducción, pero no hay sustituto para el talento humano. La traducción no solo se trata de tener un buen conocimiento de varios idiomas, sino también de entender el contexto y la cultura en los que se mueve. Para obtener los mejores resultados, siempre hay que recurrir a un profesional de la traducción.
Ya sea para fines comerciales, académicos o personales, ya sea con un profesional o un software de traducción, el proceso de traducción sigue siendo crítico para facilitar la comunicación entre culturas y naciones. Al final del día, la traducción nos conecta a todos y nos permite comprender mejor el mundo que nos rodea.
Es por esto que es importante enfatizar la importancia de la calidad en cualquier tipo de traducción; los errores de traducción, si se hacen sin cuidado, pueden provocar confusiones y malentendidos que no tienen remedio. Traducir bien significa trabajar con el mayor respeto por la cultura y lengua del autor original, para que el mensaje transmitido sea el correcto. Por último, la excelencia en traducción se trata de saber cómo adaptar el mensaje a la cultura del receptor sin perder los matices originales y con respeto por la lengua de origen. Esta es una habilidad que pocos pueden entender y dominar, pero que resulta fundamental para facilitar la comunicación entre culturas. Esto hace de la traducción un trabajo único e importante para nuestra sociedad. Todos los días, gracias a las habilidades y conocimientos de los traductores, las barreras entre culturas se abren para que podamos comprender mejor a nuestros vecinos. Esto es realmente el poder de la traducción.
Preguntas Frecuentes
¿Qué es la traducción?
La traducción es el proceso de transformar un texto escrito o hablado de un idioma a otro, conservando el significado y los matices originales. Esta disciplina se remonta hasta los primeros imperios, y ha ido evolucionando y adaptándose con el paso del tiempo.
¿Es necesario un profesional de la traducción?
La tecnología siempre será una herramienta útil para la traducción, pero no hay sustituto para el talento humano. Hay que tener en cuenta que traducir no solo se trata de tener un buen conocimiento de varios idiomas, sino también entender el contexto y la cultura en los que se mueve. Para obtener los mejores resultados, siempre hay que recurrir a un profesional de la traducción.
¿Qué es un buen traductor?
Un buen traductor es aquel que entiende no solo el significado literal de las palabras, sino también su contexto cultural y puede transmitir el mensaje original de una manera precisa, sin perder los matices originales. El traductor también tiene que saber cómo adaptar la información para que se entienda mejor por aquellos a quienes va dirigida la traducción, sin perder la esencia ni los tonos del mensaje original. Esto hace de la traducción un trabajo único e importante para nuestra sociedad.
¿Por qué se necesita la traducción?
La traducción nos conecta a todos y nos permite comprender mejor el mundo que nos rodea. Ya sea para fines comerciales, académicos o personales, la traducción es crítica para facilitar la comunicación entre culturas y naciones. Es por esto que los errores de traducción especialmente en las traducciones certificadas, pueden provocar confusiones y malentendidos que no tienen remedio. Es por eso que siempre se debe buscar la calidad y el respeto a la lengua original en cualquier tipo de traducción. Al fin del día, este trabajo único nos permite abrir las barreras entre culturas para que podamos comprender mejor a nuestros vecinos. Esto es realmente el poder de la traducción.
¿Quién fue el primero en inventar la traducción?
A lo largo de la historia, no hay una sola persona a quién se le pueda atribuir el inicio de la traducción. Las primeras formas de traducción aparecieron con los omeyas, en el siglo VII, cuando empezaron a tratar de traducir textos sagrados al árabe. A partir de ahí, se han desarrollado diferentes procedimientos para realizar una buena traducción y la disciplina ha evolucionado con el paso del tiempo.